Febrero 17, 2018
Puede sonar como una estupidez, pero hay gente que paga por caca. Desde gigantescas compañías agropecuarias hasta los pequeños productores… incluso las (y los) dueñ@s de casa que quieren ver su pequeño jardín de condimentos crecer sano y fuerte. Algunos pocos hacen «compost», que es un poco más asqueroso que la caca y provoca más trabajo… y si alguna vez han estado cerca de una compostera, también provoca más olores que la pura y simple caca. Ahora, no es cualquier caca, por supuesto. Algunas otras empresas gigantescas compran la caca normal a precio de huevo, la mezclan con algunos aditivos y ya está. Le sacan ganancias por el triple. El negocio de la caca es real y mucho más lucrativo de lo que parecería a primera vista. El desprecio que sentimos hacia la caca de repente parece mal enfocado… ¿o no?
La cosa es que hay gente que utiliza la caca. No son la mayoría ni de cerca, por supuesto, pero afectan a un porcentaje importante de la población, si no a todos. Estos gigantes agropecuarios necesitan de la caca para alimentarnos a todos, finalmente… más a los veganos, por supuesto. Ahora, estoy bastante seguro que muchos nunca hicieron esta asociación, y a mi parecer está bien. Nadie quiere pensar que comemos vegetales que crecen con caca, pero el que no lo pensemos no lo hace menos real. Tengo un punto, lo prometo, así que no se me pierdan. Viene la analogía…
Los amigos del transantiago, o una comisión de «expertos» para el caso, decidió que hay que subir los pasajes en 20 pesos para los adultos y 10 pesos para los escolares. En mi caso particular, que no ocupo mucho la BIP, con 10 lucas al mes me alcanza y me sobra, a veces. Pero mi caso, estoy casi seguro, es parte de la excepción. Aunque podría hacer el cálculo, la verdad es que me da paja. Yo que la ocupo poco veo con impotencia cómo mi saldo baja casi una luca por cada viaje. Y digo «casi» porque cuando gasto 740 pesos para mí es gastar una luca y punto. A la mierda con la ley del redondeo de los pesos. Con los 260 que sobran de un pasaje, si todavía vendiesen cigarros sueltos, me alcanzaría para uno. ¡UNO! Ya ni un chicle se puede comprar con 260 pesos, a menos que regatees. El otro día se subió un muchacho al metro a vender Dentine por 500. Y créanme… mi viaje en metro dura más que el gusto del puto Dentine.
Entonces, fuera del chicle… ¿quién es la caca en esta analogía? Muchos dirán el gobierno, el que haya sido responsable por la ley 20.378 que permite estas barbaridades. Otros dirán la Gordis, porque siempre la Gordis tiene la culpa de todo. Otros dirán los empresarios, porque me imagino que este panel de «expertos» no está compuesto por asalariados, estudiantes o feriantes. Y unos pocos, sólo unos pocos, diremos «la culpa es nuestra». No porque elegimos gobernantes de mierda, ni porque no nos eligieron para los paneles expertos, sino que simplemente porque somos… las vacas. Las vacas que producen la caca. Obviamente también somos las vacas que compramos la ensalada (la analogía se vuelve un poco surrealista en este punto, a menos que nos pongamos Orwellianos), simplemente porque no nos quedan opciones. Hay que llegar de Maipú a Santiago de alguna manera, y esa manera es el metro (los empresarios agrarios gigantescos), las micros (los empresarios agrarios de mediano tamaño), una bicicleta (los que hacen compost), los que tienen auto y las lucas para pagar un estacionamiento en el centro (los políticos) y el Uber/Cabify y otras hierbas del estilo (los extranjeros… no los inmigrantes, me disculparán).
Ahora, hay un panel de expertos (ubíquenlos ustedes en la analogía) que dice que hay que subir el pasaje. Estoy seguro que a este panel de expertos, 10 lucas en la BIP les dura para el año. ¿Hay alguien más experto que nosotros, que ocupamos la micro y el metro un 99.9% más que los expertos del panel? El muchacho Juan Enrique Coeymans Avaria, con más títulos que El Mercurio, dice que la cosa es así. Habrá que creerle. Nosotros no somos más que los productores/consumidores de la caca… este muchacho que no cae en ninguna de las categorías… le pone precio. Porque como ustedes sabrán… la gente de las altas esferas simplemente… no caga. Les pagan a otros para que caguen por ellos.
- Jefe, como que la digestión no me anda muy bien.
- Pero… ¿hiciste caca?
- Si… pero como los conejos.
- ¿Como los conejos? Estás produciendo poco… creo que tendremos que revisar tu contrat…
- ¡No como los conejos! Mas bien como las ovejas…
- Mmmmm… preocupante. Tal vez tengamos que hacer un sumario adm…
- O sea, estoy exagerando… tal vez como un pony…
- Eso se acerca más a la realidad…
- ¿Sabe jefe? La verdad es que cagué como las vacas.
- ¡Perfecto! Te ganaste una ración extra de ensalada.
En algún minuto los parámetros se fueron a la… mierda. Cuando subían los limones uno decía «ah, pico, compro vinagre». Cuando subían las papas uno decía «ah, pico, hago más arroz». Cuando subía… cuando sube… cuando… emmm… el que se pueda permitir comer carne es mi ídolo. Pero siempre hay una opción. Y es aquí cuando la analogía se va a la mierda. Si sube el pasaje… ¿en qué me voy a la pega? Ya no hay carretelas, ni tranvías ni triciclos como en los temporales. Para llegar en skate al centro necesitaría una pierna biónica… las dos, si elijo la bicicleta (hay gente admirable que lo hace igual, aunque tal vez por otros motivos), pero entonces tengo que trabajar pasado a chingue todo el día. Caminar por tres horas no es muy realista que digamos, porque me tendría que levantar como a las 4 de la mañana, y sigue el problema del olor a sopapiporra. Finalmente es arroz con vinagre para nosotros y 4 lucas más al mes por cada vaca que nos subimos al metro… para ellos.
En fin… cuando me consume la paja, a veces tomo una micro para llegar al metro. Ese transbordo no es gratis, como leí en algún reportaje. Son 20 pesos más. Ya son 8 lucas por cada vaca. Eso por 145 MILLONES de vacas en un trimestre sólo en el metro… me van a disculpar la expresión, pero debo tener los zapatos rotos. Eso, o estos animales me están viendo las weas de alguna otra manera inverosímil.
Mensaje final: Expertos, pregunten. Nadie lo sabe todo, y un servicio debería merecer subir sus precios cuando la calidad lo amerita. Vacas, estamos hasta el loly. Empresarios, más respeto con las vacas que les dan de comer, y menos respeto para los que se las comen… que los directorios ganen más plata no debería ser el fin, sino el resultado de una pega bien hecha. Políticos… sigan viajando gratis, total son los menos.